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Claves para un verano 10

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¡El verano ya está aquí! Y todos estamos deseando tener el verano de nuestras vidas, unas vacaciones fantásticas y unos días en la playa de ensueño. Todos los años nos lo proponemos, y no en todos lo conseguimos. Suceden cosas que se escapan de nuestro control, pero también hay muchas otras que podemos gestionar y ¡de esas trata la entrada de hoy!

¿Cuáles son los básicos del verano?

Debemos empezar por lo básico, ¿verdad? Mantenernos hidratados, evitar la exposición del sol durante mucho rato, respetar la siesta (fundamental), porque de 12 a 5 es la hora donde el sol más incide y, por tanto, más peligroso puede ser.

Vale, tenemos la sombrilla, el bañador nuevo, la nevera portátil limpia y las vacaciones por delante (y si no tienes, los días libres y lo que permita el buen tiempo del que gozamos en Almería). Todos los ingredientes para que este verano sea perfecto los tenemos ya, pero no son cosas que otras veces no hayas tenido en tu haber. ¿Qué marcará la diferencia este verano?

La respuesta está en ti: aprenderás a poner límites a tus seres queridos para disfrutar de relaciones sanas y poder gozar al máximo a partir de ahora.

¿Qué son los límites y para qué sirven?

¿Sabes de todas las ocasiones en las que has hecho o dicho algo que luego te ha pesado? Pues es por no haber dicho no cuando correspondía. Tener en cuenta tus necesidades e intereses es imprescindible para tener una buena salud.

Sí, lo sabemos: te suena a egoísmo. Se suele confundir egoísmo con asertividad. Pero el egoísmo no contempla las necesidades de los demás, mientras que la asertividad tiene en cuenta las necesidades de las otras personas y las tuyas propias.

Es decir, está genial ser generoso y ayudar siempre que se pueda. Es más, la amabilidad y la bondad es revolucionaria en la sociedad de hoy en día. Pero siempre hay que tener un equilibrio. Si por tener en consideración a los demás y hacer lo posible para que estén bien pasamos por alto nuestras propias necesidades, los que no somos felices somos nosotros, y las relaciones con los demás no serán sanas.

Vale, pero ¿cómo se hace?

Suena sencillo lo de decir que no, pero sabemos que no es así de simple. Es por eso que vamos a poner un ejemplo.

Imagínate que no te gustan las películas de terror. Es más, no te gustan porque lo pasas fatal y luego te cuesta dormir 1 o varios días. Pero tus amigos quieren ir a ver una que acaban de estrenar. Decir que sí a este plan supondrá no cubrir tus necesidades emocionales y tendrá un impacto negativo en tu salud. Pero enfadarte porque han propuesto un plan que no te gusta tampoco da a lugar, ya que a ellos sí que les parece un planazo y es totalmente lícito.

Entonces podríamos decir:

«Sé que os gustan esas películas pero yo lo paso fatal. ¿Podemos ver otra película? Si no, me uno otro día que veamos otra distinta».

Así, tenemos en cuenta nuestras necesidades y las de los demás, nadie sale perjudicado y podemos respetar nuestros gustos y preferencias.

¿Podemos siempre priorizar nuestras necesidades?

La vida es una cuestión de equilibrio. A veces, lo que necesitamos es estar en la playa con una bebida fría en la mano, pero tenemos que cumplir con obligaciones de la vida diaria que nos limitan.

Es por eso que desde Terapitea os animamos a que en todo aquello que se pueda, nos prioricemos para que nosotros mismos y las personas que tenemos a nuestro alrededor seamos más conscientes y felices.

Si te cuesta, no sabes por donde empezar o quieres avanzar en este aspecto con ayuda profesional, no dudes en contactar con nosotras.

Estaremos encantadas de acompañarte en todo momento ♥.

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